San Esteban de Marganell

Es una iglesia románica que se encuentra en el municipio de Marganell y está incluida en el Inventario de Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Es bien inventariado, con identificador IPAC 16668

Fotos tomadas en febrero del 2019 por Lidia Plaja García

Descripción

Es un edificio románico de finales del siglo XI. En la actualidad está considerada como ruína consolidada, dado que sólo ha perdido la cubierta, pero las paredes se encuentran en buen estado.

La iglesia es bastante grande para ser una ermita y, aunque ha sido bastante reformada, conserva su estructura original, con el ábside a levante, dos capillas laterales a ambos lados de las que sólo se conserva una (la del muro norte), que contiene el arco mejor conservado de todo el conjunto.

El techo de la iglesia y de las dos capillas era de bóveda de cañón de piedra, de la cual no quedan más que los estribos de la misma. El ábside semicircular no tiene ningún tipo de ventana o apertura al exterior.

La torre es de planta cuadrada, y está situada a un extremo de la fachada sur, con cuatro niveles de altura. La entrada a la misma se hacía desde el primer piso, ya que tiene dos puerta, una seguramente de acceso exterior, y otra de acceso seguramente por el coro (no existente).

En el interior quedan restos del enyesado original con pintura de color rojizo, aunque el su mayoría es ya de piedra vista como se ve por el exterior.

En la parte anterior se encuentra el cementerio municipal de Marganell.

Historia

El lugar llamado Marganell se documenta ya en el año 924, y la iglesia se considera que ya existía en el siglo XI, pero está plenamente documentada en el año 1143, cuando fue donada la iglesia al Monasterio de Santa Cecília.

Era la parroquia de Marganell desde entonces, pasó a ser sufragánea de Santa Cecília y el rector pasó a vivir en el monasterio, por lo que éste rigió durante mucho tiempo los destinos de la iglesia de San Esteban.

Durante la guerra del francés, tanto la iglesia como el monasterio quedaron muy deteriorados, y desde el pueblo se solicitó a las autoridades eclesiásticas el traslado del rector de nuevo a la iglesia, que fue reformada en el siglo XIX. Entonces se le añadió el campanario, el pórtico y otros elementos.

Con la guerra civil fue profanada, incendiada y devastada. De nuevo fue restaurada para consolidarla y ha quedado con el aspecto actual en que los muros siguen en pie y en buen estado, la torre entera en su totalidad, pero a falta de la cubierta. La casa rectoral no se ha podido conservar.