Santes Creus

El Real Monasterio de Santa María de Santas Cruces es una abadía cisterciense construida en el siglo XII, y que se encuentra en el término municipal de Aiguamurcia (haciendo núcleo rural propio), en la provincia de Tarragona, Comunidad de Cataluña. El monasterio actualmente se encuentra exclaustrado y es Bien de Interés Cultural con identificador RI-51-0000196.

Fotos tomadas en agosto del 1991
 

Descripción:

En el siglo XIII, Pedro III de Aragón expresó su deseo de ser enterrado en el monasterio, y a partir de entonces se construyó el panteón real, siendo también sepultado en el mismo su hijo Jaime II. Como era preceptivo en la época medieval, ser el beneficiado por los reyes significaba que los nobles quisieran a su vez descanso eterno junto a su rey, como es el caso de Roger de Lauria, y comenzó así una etapa de esplendor del cenobio.

Pero en 1340, Pedro IV de Aragón cambió de idea y decidió instalar el panteón monárquico en Poblet. A partir de ahí pasará a tener mayor preponderancia el vecino monasterio de Poblet, también cisterciense.

Los reyes pasaron temporadas en el monasterio, de ahí la importancia de la parte del Palacio, que tenía incluso su propio claustro.


Historia:

La Orden del Císter se había establecido ya en la península a principios del siglo XII en los monasterios de Oseira, Fitero y Moreruela, todos bajo patrocinio real para intentar así conseguir una rápida repoblación del territorio conquistado a los musulmanes.

En la llamada Cataluña nueva (terreno repoblado a los musulmanes al sureste de Barcelona, y delimitada por los rios Llobregat, Cardener, la cuenca superior del río Segre y las montañas del Montsec), el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV creó los monasterios de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges con la finalidad antes mencionada de la rápida repoblación. La organización en estos nuevos territorios sería diferente de la que tenía la Cataluña Vieja (del tipo feudal) para dar mayores derechos a la población en detrimento de la nobleza, cosa que procurará varios incentivos por parte de la corona a los repobladores, así se instauran un sistema de concejos y la concesión de fueros especiales.

Todos los monasterios cistercienses se dedicaban a Santa María, y éste no fue una excepción, y gracias a la Casa de Moncada, se fundó el monasterio en 1160 con la intención de ser el panteón familiar, y al no conseguirlo cerca de Barcelona (Guillén Ramón de Moncada era senescal del rey, y por tanto muy ligado a la corte condal) aceptaron la ayuda de los nobles Gerard de Jorba y Guillem Montagut que donaron el paraje de Santes Creus, a orillas del río Gayá. Era una ubicación algo alejada de las poblaciones y situada en un paraje rural en dónde los monjes tendrían una vida tranquila. 

Pero el terreno de Santes Creus fue muy disputado por las diócesis de Barcelona y Tarragona, y en esa disputa jurisdiccinal tuvo incluso que mediar el papa Alejandro III, que decretó la independencia del monasterio en 1168/69, quedando exento de obedecer a ningún obispo. El monasterio que se había llamado de Valldaura desde su primer intento de construcción en el Vallés, pasó a llamarse de Santes Creus en 1170. El abad Pere firmó con anterioridad a ese año como abad de Valldaura.

En 1174 se comenzaron las obras de construcción del conjunto monástico. En primer lugar la iglesia, luego un claustro románico primitivo que hoy está desaparecido, la sala de los monjes, el refectorio y el dormitorio, quedando todo concluído hacia el año 1225.

En su expansión ya había conseguido establecer diferentes granjas cistercienses en los lugares en dónde pudiera haber sido posible la edificación, como Valldaura, Ancosa, la Llacuna, Fontscaldetes (cerca de Santes Creus en Cabra del Campo), Valldosera en Querol, Codony en Morell o la de Montornés en La Puebla de Montornés. Además tenían terrenos de pastos a ambos lados de los Pirineos y privilegios para pastorear en distintos condados. 

Durante los siglos XII y XIII se fueron aumentando los dominios debido a las donaciones y legados, extendiendose mucho más allá de los alrededores del monasterio, contabilizandose (como ejemplo) 19 castillos a finales del siglo XIII.

A mediados del siglo XIII la monarquía aragonesa engrandece el complejo monacal con nuevas construcciones debido a que Pedro III el Grande y también su hijo Jaime II quisieron ser sepultados en el monasterio. A instancias de Jaime II se convirtieron las habitaciones abaciales en palacio real y se derribó el antiguo claustro románico para construir uno nuevo gótico (actual), obra de los maestros Reinard de Fonoll y Guillem de Seguer. También se construyó el cimborrio sobre el crucero de la iglesia. Con Pedro IV se amuralló el recinto monacal, aunque su predilección por el monasterio de Poblet dejó el de Santes Creus para trasladar las tumbas reales en lo sucesivo a aquel monasterio.

El papa Benedicto XIII de Aviñón visitó el monasterio en 1410. Cuando se extringuió el monasterio femenino de Bonrepòs en La Morera de Montsant (Priorato), sus bienes fueron incorporados a Santes Creus junto con el traslado de los restos de la reina Margarita de Prates, segunda esposa de Martín I el Humano, que se encuentran conserados en una urna de puedra en la nave del Evangelio de la iglesia del monasterio. A finales del siglo XV el monasterio cambió la explotación de sus propiedades, ya que desaparecieron los monjes conversos y por tal motivo se establecieron los contratos enfitéuticos.

Durante los siglos XVII y XVIII se siguieron realizando obras de ampliación y reforma, añadiendo nuevas dependencias exteriores. Al llegar 1835 se truncó la actividad con la desamortización de Mendizábal, en que el monasterio es abandonado y se ve abocado a la ruina.

En 1921 es declarado Monumento Nacional y a partir de entonces ha sido restaurado y acondicionado, y a partir de 1981 es lugar de manifestaciones culturales bajo la gestión de la Generalitat de Cataluña.

Filiales

Se fundó un nuevo monasterio filial del de Santes Creus, Santa María de la Valldigna, que también fue desamortizado con Mendizábal, y que fue fruto de un comentario del rey Jaime II al abad de Santes Creus Bonnanat de Vila-seca: "Vall digna para un monsterio de vuestra religión" en el valle de Alfandec.

En 1307 Federico II de Sicilia, hijo de PEdro III el Grande donó el terreno en Altafonte (Sicilia) para la creación del monasterio de Santa María de Altafonte.

En Perpiñan se extinguió en 1567 una abadía femenina llamada Santa María d'Eula, fundada en 1360, y pasó a depender de Santes Creus ya que servía de estancia a los monjes mandados a estudiar a Perpiñan. Perteneció a Santes Creus hasta que el Rosellón pasó a manos francesas en 1659.


Arquitectura:

El complejo monacal está organizado según los preceptos cistercienses formado por tres piezas básicas, la iglesia, el claustro y la sala capitular. Además se añaden el refectorio, el locutorio, el scriptorium y sobre la sala capitular el dormitorio de los monjes. Así la disposición del monasterio se realiza por recintos que van de más abierto a más cerrado en número de tres:

Primer recinto:

Es la zona más exterior en la que se encuentran las casas del pueblo de Santes Creus, colocadas en hilera antes de entrar en el segundo recinto. En la parte central se encuentra la capilla de Santa Lucía formando la parte central deml mismo. La capilla fue construida en 1741 y donada al monasterio, contando como parroquia nula. Al lado se encuentra la puerta de la Asunción o Arco Real, de estilo barroco con una gran torre octogonal en su parte superior, y sobre la puerta una hornacina con la imagen de la Virgen de la Asunción y el escudo de armas del monasterio.

Segundo recinto:

Pasado el Arco Real se encuentra una gran plaza rectangular, con una gran fuente sobre la que hay una estatua del abad Bernardo Calbó. Alrededor de la plaza se encuentran las antiguas dependencias monacales, dónde habitaban los monjes más ancianos y los que dedicaban su trabajo a los oficios. Entre todos los edificios destaca el Palacio Abacial, mandado construir por el abad Contijoch sobre lo que anteriormente fuera un Hospital dedicado a San Pedro de los pobres. En él se observa un pequeño patio con arcos apuntados y la galería de doble arcada. Al fondo de la plaza se encuentra la iglesia y la entrada al claustro por la denominada Puerta Real, que se encuentran a diferente nivel sobreelevados por una escalinata, y con un intento de amurallamiento por parte de Pedro IV en la iglesia que está almenada.

Tercer recinto:

Es el monasterio propiamente dicho, al cual se entra por una portada románica a través del Claustro. La puerta ya muestra signos de tardorrománico al ser de forma ojival con un arco de medio punto abocinado con arquivoltas baquetonadas lisas. No presenta capiteles pero sí unos elementos ormnamentales sustititorios. Está jalonado a ambos lados por dos recios y deteriorados contrafuertes. La puerta fue mandada construir por Jaime II y su esposa Blanca de Anjou, y por ello constan sus retratos en las ménsulas de las arquivoltas y además se añadieron sus escudos.

Iglesia:

Las obras de construcción de la iglesia se iniciaron en 1174 y fueron terminadas en 1225. El templo se consagró aún en obras en el año 1211. El aspecto de fortaleza es debido al remate perimetral almenado que le confirió Pedro IV

Con unas medidas de 71 metros de largo por 22 de ancho, y muros de un grosor de 2,60 metros en las naves y 2,95 en la cabecera, su trazado es el de cruz latina con tres naves, constituidas por seis tramos desde los pies al transepto, que es tam ancho como la nave central, por lo que da lugar a un crucero de planta cuadrada, abriendose en el lado oriental de cada uno de sus brazos dos capillas absidiales con cabecera cuadrada que no se manifiestan al exterior.

El gran ábside rectangular si se puede ver por fuera debido al alargamiento del presbiterio. El ábside contiene un gran rosetón, de 6,30 metros de diámetro y casi 3 metros de profundidad, conformado por columnas con doble arco, que contiene algunos cristales originales del siglo XIII y otros provenientes de restauración. Bajo el rosetón hay tres ventanas de medio punto estrechas y alargadas (ocultadas por el retablo en su parte interior).

Sobre el crucero se alza un cimborrio gótico de forma octogonal de principios del siglo XIV, rematado por una cúpula barroca de linterna que no es visible en el interior de la iglesia. La fachada principal, la cara oeste, contiene una portada románica del siglo XII muy abocinada, con arquivoltas apoyadas sobre columnas lisas con capiteles decorados con temas vegetales y heráldicos. Sobre ella se sitúa un imponente ventanal gótico vidriado que se conserva casi completamente en su estado original, y está acompañado a ambos lados por dos ventanas de arco de medio punto mucho más pequeñas.

Desde la parte derecha había una escalera de caracol que comunicaba directamente la iglesia con el dormitorio de los monjes.

Los sepulcros reales están a ambos lados del altar mayor como monumentos funerarios:

En el lado del Evangelio está enterrado Pedro III de Aragón, fallecido en 1285 y a los pies de este sepulcro está enterrado Roger de Lauria (almirante del rey), fallecido en 1305.

En el lado de la Epístola está enterrado Jaime II de Aragón, que falleció en 1327 y su esposa Blanca de Nápoles, fallecida en 1310.

Claustro

La entrada al recinto se hace por la Puerta Real que da paso del segundo al tercer recinto monástico y directamente desde la plaza al Claustro en el ángulo sudoeste.  A partir de aquí se narra en el pilar de entrada a modo de friso un ciclo dedicado al Génesis con la historia de la Creación con Adán y Eva y la expulsión por el ángel Uriel.

En el resto de galerías los motivos de los capiteles son vegetales o animales indefensos con otros de aspecto antropomorfo que quieren atraparlos. En otras decoraciones se ven personajes satíricos relacionados con la Stultifera navis o el Festum asinorum (bras del siglo XIV) y que denota el cambio que mostraron los capiteles del románico al gótico y la influencia del Císter y de la Corona, pués también se incluyen elementos heráldicos.

Sala Capitular

La sala capitular de Santes Creus es la prototípica del Císter. Se encuentra en el centro del ala oriental del claustro, separada de la iglesia por la sacristía. De esta manera le entra la luz de la mañana por tres ventanas abiertas en su pared de levante. También tiene otros dos ventanales de mayores proporciones que se situan a cada lado de la puerta de acceso y forman parte de una tiple arquería, como está desarrollada la sala con tres filas y tres arcos que hacen un total de 9 porciones, cuyas partes centrales se apoyan en cuatro columnas centrales. El resto se apoyan sobre ménsulas que hay dispuestas en los muros del derredor. En cada uno de los espacios se encuentra una bóveda de crucería nervada.

El pavimento de la Sala Capitular tiene lápidas esculpidas en relieve de siete tumbas de los abades santos que allí fueron enterrados, exceptuando a uno de ellos que llegó a ser obispo. Alrededor de la sala hay un banco corrido de fábrica que sustituye a la sillería de madera que en su día utilizaba la comunidad para sus reuniones en torno a la presidencia del abad. 

Capilla de la Asunción

 

Dormitorio

 

Claustro posterior

 

Palacio real

 


 

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