Monasterios
La palabra monasterio procede del vocablo griego monasterion (uno solo). En los albores del cristianismo los monjes eran más bien ermitaños y alejados de la vida terrenal para buscar con su ascetismo una aproximación a Dios. Se puede decir que su vida era más bien contemplativa, como hizo San Antonio en el siglo III en el que abandonó todas sus posesiones y él una gran cantidad de seguidores marcharon al desierto de Egipto (Tebaida) y Siria.
En el mismo siglo vivió San Agustín, separado por la distancia, ya que su vida transcurrió entre Italia y el norte de Africa. Fue un pensador y un autor muy prolífico, muy versado sobre filosofía y teología. Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1295. Agustín de Hipona se convirtió al cristianismo en el año 385, y rompió definitivamente con el maniqueísmo. No se casó como estaba acordado (era originario de Tagaste en el norte de Africa) y vivió vida de asceta. Su principal influencia fue Ambrosio de Milán que le hizo conocer escritos clásicos y las epístolas de Pablo de Tarso, posteriormente ya le introdujo al estudio de la Biblia. Su rápida conversión se debió a lo que él creyó una revelación: "Tolle lege" que dijo un niño al que no vió de una casa vecina. Este toma y lee le proporcionó una avidez de lectura que le introdujo en la filosofía y la teología (predispuesto por la gran fe de su madre).
Una leyenda medieval dice que San Agustín paseaba por la orilla del mar, junto a la playa, pensando en la doctrinas sobre la realidad de Dios, una de ellas la doctrina de la Trinidad. Al alzar la vista ve a un niño jugando en la arena. Al observarlo más de cerca el niño corre hacia el mar, llena un cubo de agua y vuelve a dónde estaba vaciandolo en un hoyo. El niño hace esto muchas veces hasta que San Agustín, curioso él se acerca al niño y le pregunta "¿Qué haces?" y el niño le responde "Estoy sacando toda el agua del mar y la voy a poner en este hoyo". San Agustín le dice "Pero ¡eso es imposible!, y el niño le responde "Mas difícil será que llegues a entender el misterio de la Santísima Trinidad". Esta, como la mayoría de leyendas medievales sería seguramente falsa, aunque explicaría en cierta manera los estudios de San Agustín.
Su doctrina Razón y Fe dió lugar al paso del racionalismo que practió hasta los 19 años y posteriormente la interiorización y la búsqueda de la verdad, pués razón y fe no son opuestas, sino que son complementarias. Su obra La ciudad de Dios es un trabajo teológico muy importante en que se realiza una visión exhaustiva del cristianismo. Defendió siempre la paz e intentó promoverla, asimismo su ética sobre el amor descansaba directamente en la relación con Dios.
San Agustín fue aumentando la influencia de la Iglesia que intentó integrar la filosifía clásica en la religión. Así pués Platón y Cicerón fueron fundamento de su pensamiento político, lo que le hizo tornar su relación con el Estado conflictiva. Como ciudadano romano creía que el Estado estaba obligado por las leyes y que su función era la de facilitar una buena y virtuosa vida al su pueblo. Su pensamiento fue tan importante que influyó en la Iglesia que hoy dia es venerado tanto por la iglesia católica, ortodoxa, orientales y reformadas (protestantes), y es un paso obligado para todos aquellos que estudian filosofía. Fue un puente entre la antigüedad clásica y la cultura cristiana, y hasta el siglo XIII en que se redescubrió el pensamiento aristotélico-tomista, el pensamiento imperante durante esos 9 siglos fue platónico-agustiniano.
Un siglo después ya se comenzaron a unir y habitar conjuntamente en chozas suficientes para hacer una vida de oración y comunidad. Los monasterios seguían aislados de las comunidades, pero fueron evolucionando y completaron su entorno con granjas, hospitales y otros edificios anexos, que les llevaron a ser independientes de su entorno, una especie de ciudad ideal, esa idea la desarrolló San Pacomio (soldado romano que se convirtió al cristianismo en el siglo IV). Aunque parezca significativo, los primeros movimientos importantes del Cristianismo se dieron en la parte oriental del imperio romano, en las alejadas zonas de Egipto (principalmente Alejandria), dónde era muy visible la caridad, y dónde se fue introduciendo la "cuerda de plegaria", una especie de rosario común de las iglesias orientales. La Regla de Pacomio tenía 194 artículos (aunque no se conserva ningún texto original), que se abreviaron a 14.
La idea de los primeros monasterios de comunidad fueron progresando por todo el oriente, dónde se crearon los primeros cenobios (Persia, Armenia, Georgia, Judea). Por contra, en las tierras occidentales aún se seguía un eremitismo exhacerbado, como el de San Patricio, patrón de Irlanda (que incluso fue recriminado por San Benito como de excesivo individualismo).
Orden Benedictina
El el siglo VI San Benito creó una comunidad en Montecassino en la que estableció una serie de normas cuyo principal lema era "ora et labora", y que contenía implícitas tres promesas: abandonar las posesiones personales (voto de pobreza), no mantener relaciones sexuales (voto de castidad) y seguir las reglas de la vida monástica obedeciendo al abad (voto de obediencia). Esta serie de normas monacales sirvieron de base para otras congregaciones. Así podemos asegurar que la órden de los Benedictinos fue la que más se propagó en la Alta Edad Media a partir del siglo IX, que era la preferida del Imperio Carolingio.
A San Benito siempre se le muestra con el libro de su regla. La regla de San Benito consta de 73 capítulos, que comienza con "los diversos tipos de monjes" y termina con "Que no se incluye en esta Regla la práctica de todas las virtudes". Fue retomada por Benito de Aniano en el siglo IX antes de las invasiones normandas y la expandió por toda la Europa Carolingia.
Con el tiempo las costumbres de los monjes benedictinos se relajó bastante, por eso sus sucesores volvieron sobre los pasos y aplicaron la regla de San Benito con algunas disposiciones adicionales para acomodarla al tiempo posterior que vivieron.
Como órden no ha desaparecido hasta nuestros días, si bien ha tenido siglos oscuros a punto de desaparecer, en la actualidad sigue perviviendo la regla y se siguen imprimiendo libros sobre la misma. El monasterio de Montserrat es un ejemplo moderno de abadía benedictina y santuario.
Cluny
La excesiva relajación y los lazos jurídicos inexistentes hacieron que los abusos de los soberanos y grandes señores nombrando abades seculares impuestos, promovió la llegada de reformas, en este caso la órden de Cluny, que aumentó su fuerza hasta el siglo XII. La órden creció en el contexto del desmembramiento del imperio Carolingio y el desmantelamiento laico, por lo que la orden se alia con los señores, que fue la fuerza preponderante a partir del cambio de milenio. Entonces se comenzó a acuñar el término de la Paz y la tregua de Dios, especialmente en los Condados catalanes, que fueron los que sufrieron especialmente el abandono por parte del imperio Carolingio. Su expansión se debió especialmente a San Odilón que fue de convento en convento para enseñar la reforma, asi el abad de Cluny fue expandiendo la inflcuencia de su órden, aunque tenía muy poca organización. Fue especialmente eficaz para la Reforma gregoriana (Gregorio VII fue monje de Cluny), que luchó encarnizadamente para eliminar los grandes vicios que sufría la sociedad cristiana: simonía, nicolaísmo y la investidura laica. En su encíclica "Dictatus PApae" proclama la superioridad espiritual del Papa sobre toda la cristiandad, y establece una estricta rigidez para acabar con los males de la iglesia.
La reforma no será aceptada por muchos monarcas, ni por el propio emperador, aunque comenzó con la aceptación del rey Colomán de Hungría, que renunció a su derecho a la investidura papal en el Concilio de Estrigonia I. Así termina la guerra que comenzó el papa Nicolás II y continuó Gregorio VII para moralizar y regresar a los orígenes del cristianismo, enfrentandose abiertamente al "poder temporal".
Las relaciones entre el poder temporal y el espiritual daba una suprema autoridad a Dios sobre todos los cristianos, se desarrolló la donación de Constantino (s. VIII) con la doctrina de las Dos Espadas, en la que el Papa tiene supremacía sobre los emperadores bizantino o germánico.
Las reformas papales llegaron incluso al rito litúrgico, que generalizó en toda la cristiandad el rito romano, que fue la unificación de todos los demás. En ésta época llega a su máximo explendor el Canto gregoriano como la máxima expresión de la música cristiana medieval, sustituyendo a otros cantos litúrgicos frecuentes en toda Europa. Cluny fue, con dos mil prioratos uno de los más grandes monasterios de la época, por tal motivo fue sometido directamente a la Santa Sede en siglo XI, y fue el instrumento más eficaz de la reforma gregoriana.
Orden del Císter
Fue la restauración de la regla benedictina, que se remonta al año 1098, en que Roberto de Molesmes fundó en Cistercium (departamento de Côte d'Or - Francia) inspirada por la reforma gregoriana. Aparte del ascetismo, la órden predica un gran rigor litúrgico, dando especial importancia al trabajo manual. La órden ejerció una gran infuencia en los ámbitos intelectual y económico, además del ámbito social (hasta la Revolución Francesa). El principio fue difícil, en edificios de madera rodeados de una naturaleza hostil que se benefició del apoyo del obispo de Dijon. No fue hasta 1113 que se fundó una abadía filial en Chalon-sur-Saône y posteriormente otra en Pontigny, San Bernardo de Claraval fundó otra en la Champaña y otra comunidad marchó hasta Morimond. Sobre estas cuatro filiales la órden fue creciendo durante todo el siglo XII y se estableció posteriormente en Italia. Entre 114 y 118 Esteban Harding puso el principal pilar de cohesión de la órden, la Carta de caridad, aprobada por el papa Calixto II. Los monasterios cistercienses en algunas ocasiones se transformaban y contenían monasterios y conventos.
Orden del Temple
En el año 1099 los cruzados recuperaron Jerusalén y los lugares santos. Los caballeros cruzados decidieron prolongar su voto y dedicar su vida a la defensa de los peregrinos. En 1127 Hugo de Payens solicitó al papa el reconocimiento de su organización.
En el concilo de Troyes se reunieron para regular su organización, estando ésta a cargo de Bernardo de Claraval, que fue el redactor de la regla, que fue aprobada con algunas modificaciones. Prácticamente la órden era cisterciense con estructuras jerarquizadas, poderes totalitarios.
Posteriormente hubo una segunda redacción de la regla de los templarios a cargo del Patriarca de Jerusalén, la llamada Regla Latina. Se consiguió así lo que en aquel entonces se llamó milicia divina.
Cartujos
La que se consideró durante tiempo como la órden más austera de todas, se fundó en Colonia, así que estaba adscrita a la iglesia occidental, era la órden de los Cartujos, que se estableció en el siglo XI y fue fundada por San Bruno de Colonia. La idea original, que posteriormente fue evolucionando era que había una zona común (iglesia, refectorio y sala capitular) y a través de pasillos o galerías se construyeron cabañas de madera individuales. el nombre sobreviene porque el nombre del primer monasterio de este tipo fue "la Chartreuse" ubicado en la montaña cerca de Grenoble en el año 1084.
Al igual que los Cluniacenses, su regla deriva directamente de la benedictina, a la que se añadieron normativas añadidas por el papa Inocencio II en 1133. Su vida era de contemplación y retiro en el que el aislamiento lo proporcionaba el propio edificio, que vivía hacia el interior, proporcionando grandes estructuras separadas para la vida eremítica, la vida comunitaria y la comunicación con el mundo exterior.
Premonstratenses
La órden se fundó en 1121, y a diferencia de los cartujos, su regla deriva de la de San Agustín, y convivieron en ella tanto eclesiásticos como seglares bajo la dirección de Norberto de Xanten. Volvemos a tener un monje alemán que en Francia (Prémontré) encontró su lugar y a partir de allí crecieron muy rápidamente, pasando de mil monasterios antes de acabar el siglo. La órden recae en un Superior general que adquiere el título de Abad general. Se dedican a la vida contemplativa y su dedicación a la vida litúrgica y pastoral parroquial. Al estar directamente apoyados por Roma, en la actualidad aún perviven.
De las más de mil canónicas (monasterios premostratenses) quedan hoy dia 78, repartidas entre Europa, Australia, America del Sur y Africa con 1249 canónigos, de los cuales 78 son mujeres. En España tuvieron varias cogregaciones que desaparecieron con la desamortización de Mendizabal, como Aguilar de Campoo o Santa Maria de La Vid.
Camaldulenses
Esta órden fue fundada por Romuald de Ravenna en Camaldoli (Toscana), en el que se fundaba el "Sacro Eremo" (ermitorio sagrado) en las montañas cercanas a Arezzo, con la intención de, partiendo de la regla de San Benito, profesar una dimensión solitaria de la vida monástica. San Romulado quiso reformar la órden benedictina. Se separó en dos congregaciones en 1249 en la que San Mattia de Murano mitigó la regla a una del tipo cenobítico. Se circunscribió a tierras italianas aunque en España ha había alguno como el de Santa María de Herrera, y tuvo especial importancia en el Renacimiento en que algunos monasterios destacaron en las tendencias humanistas.
Hubo una órden anterior, llamada de las Avellanas que tenía una regla muy estricta, fundada en el siglo X y que fue absorbida por esta órden.
Vida monástica en el medievo occidental
La vida contemplativa comportaba unos horarios muy rigurosos, teniendo la oración como principal faena. Entre Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Misa Diaria, Sexta, Nona, Vísperas y Completas también tenían otros trabajos, aunque por el que más se les recuerde sea por la de copistas y transmisores de cultura con sus bibliotecas, eran agricultores, ganaderos hospitales y casas de hospedaje. Fueron, junto con las catedrales los grandes centros de cultura con escuelas y bibliotecas importantes.
Seguramente hay que dar la importancia que se merece a la Regla de San Benito, porque sin ella no habría existido la variante reglada de los monasterios. La Regla más antigua que se conserva perteneció a Carlomagno, que demostró mucho interés político en su propagación para reorganizar y evangelizar el mundo rural. Se impuso en tierras francas en los sínodos de Aquisgrán de los años 816 y 817, iniciativa de Luís el Piadoso.
Seguramente el hecho que Cluny se expandiera de la forma en que lo hizo, revolucionó la Alta Edad Media. La órden fue especialmente impulsada por monarcas y papas de Roma, lo que hizo que muchos moasterios anteriores se pasaran a la Regla. La dependencia de Cluny se rompìó en la Baja Edad Media.
El obligado retiro hacia que los que se retiran de la vida mundana para alcanzar la perfección espiritual serán considerados como hombres santos a los que se debe "proteger" y mimar a cambio de sus rezos por los pecadores. Los monarcas y señores medievales, con intenciones poco altruístas, donaron grandes cantidades de dinero y terreno a los monasterios para que fueran la intermediación entre el mundo terrenal y el espiritual. En la mayoría de los casos el monasterio contiene las tumbas de esos señores.
Con ese cambio marcado hacia la abundancia, los monasterios llegaron a tener riquezas y ser centros de poder, tuvieron vastas extensiones de tierras y hubo campesinos que trabajaban para los monjes, haciendo innecesarias las lagores de los monjes para su manutención. Se estableció entonces que los monjes realizarían trabajo interior en iglesias y conventos, especialmente los rezos litúrgicos. De esta manera se llegó a la tercera pata del órden social del mundo medieval, tras los hombres que hacen la guerra y los hombres que trabajan están los hombres que rezan.
Enlace: La vida cotidiana en un monasterio medieval (biombo histórico)
Como era la via en los monasterios medievales (jotdown)
Ordenes mendicantes, el cambio de paradigma
En la Baja Edad Media, y hacia el siglo XIII, buscando dar un giro a la vida religiosa, pero manteniendo las reglas monásticas basadas en el estudio, así como la vida activa de clérigos seculares, aparecieron órdenes militares y hospitalarias. Se caracterizaron por vivir de la limosna de los demás y conformada por frailes, sores y terciarios o hermanos de penitencia, entre los que impera el voto de pobreza, poniendo todos sus bienes personales a disposición de la órden religiosa. Junto con los votos de pobreza también profesan los de castidad y obediencia.
Entre estas ordenes encontramos a los Trinitarios, Franciscanos, Dominicos, Agustinos, Carmelitas, Servitas y Mercedarios. Estuvieron escindidos en subordenes y a partir de éstas surgieron otras con posterioridad. Su diferencia con las órdenes monacales son muchas, no hay abad, sino prior, que al terminar su mandato se considera un hermano más, se abolen las diferencias sociales dentro de la comunidad (frailes coristas que sabían latín, frailes conversos que no sabían leer). Su predisposición a viajar a dónde la divina providencia les envíe les hizo especialmente evangelizadores. Los conventos de las órdenes mendicantes cambian su ubicación y no buscan lugares aislados, sino el centro de las ciudades.
Con estas órdenes se pasa de forma tranquila del románico al gótico en una evolución que duró muchos años en algunos lugares y menos en otros. Los monasterios ceden gran parte de su protagonismo a los conventos, escuelas y universidades. El hombre comienza a observar la naturaleza como algo real y no una falsa ilusión que nos separa de la divinidad. De forma evolutiva los monasterios pierden su hegemonía a través de un cambio en las estructuras sociales.
Enlaces
Regla de San Agustín de Hipona
5 sorprendentes detalles de la regla de San Benito
34 fotos de monasterios de National Geographic
Memorias de un tambor (un podcast de la historia de España)
Bibliografía
El monasterio como ambito de la vida cotidiana (románico digital)
El monasterio medieval como centro de espiritualidad (románico digital)
Los monasterios familiares en España durante la Alta Edad Media
Al servicio del Claustro (Hispania Sacra)
Plan nacional de Abadías, Monasterios y Conventos