Miniaturas
En los manuscritos y libros ilustrados de la Edad Media se destacan las miniaturas con pinturas y dibujos, que se incluían en composiciones o no. En el arte románico y primer gótico el miniado (colorear con minia) tenía como motivo la etapa histórica que trata. El mínium era un óxido de plomo que se utilizaba como componente de la tinta fundamental y se comenzó a utilizar para la "iluminación" de los códices manuscritos en letras capitales, márgenes y posteriormente en representaciones de gran colorido.
En un principio los colores más vistos en las miniaturas son rojos, tierras y verdes, los azules aparecen más tarde por ser una pintura que costaba encontrar (lapislázuli escaso).
Los miniados eran realizados por los monjes en Biblias, Beatos y otros códices, como el libro de los Testamentos, Diurnal (libro de oraciones) o Tumbos (libro de privilegios).
La caligrafía (que viene del griego, escribir con letra bella), se produjo especialmente en el copiado de documentos a pergamino en los monasterios (el lugar dedicado a ello era el Scriptorium). La que nos ocupa es la occidental o latina que viene transmitida de los romanos.
Desde Bizancio, continuando por Carlomagno, al libro se le dota de cierta majestad que se transmitía a los lectores, por ello las miniaturas eran importantes y lujosas. Habitualmente eran donaciones y en ello implicaba el hecho de enaltecer al donante dando cuenta de prestigio y poder económico.
Según va cambiando el poder e influencia, también cambian los estilos de las miniaturas. Se puede decir que el primer siglo de oro de la miniatura es a finales del siglo VIII, durante la iluminación de códices que pone de manifiesto la ambición de Carlomagno y su entorno, en el que la escuela palatina experimenta una influencia clásica, devolviendo a la figura humana su importancia.
En el periodo Otoniano del siglo X se desarrolla un nuevo arte de la ilustración de códices, de sentido anti-naturalista utilizando hieratismo en las figuras, decoración abstracta y colores simbólicos.
Es España, sin embargo, este renacimiento se provoca con el periodo mozárabe, cuyo principal obra son los Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana, del cual se conservan numerosos ejemplares del siglo X, y consisten en un alejamento de los modelos clásicos, linealidad y bidimensionalismo altamente colorido. Aquí se encuentra una gran influencia del arte islámico, que perdurará hasta el siglo XII.
En el románico tardío, el llamado estilo del 1200 se caracteriza por una influencia bizantina que invade todas las manifestaciones del arte europeo. Típico de esta época es el Beato de San Pedro de Cardeña y las Biblias de Burgos.
A partir del siglo XIII, a partir de Francia se evoluciona decididamente la temática como la técnica y se comienzan a dar unas representaciones mas fieles de la figura humana, tal y como aparece en la pintura y en las vidrieras. En este siglo no en todos los lugares de Europa se evoluciona tan rápido como en Francia, así pués en Alemania o España los cambios vienen ya a partir del siglo XIV.
La gran mayoría de los manuscritos de la Edad Media tenían una particularidad que hoy en día no nos resultaría útil, la escritura era contínua, es decir que no había puntuación o marcas, ni espacio entre palabras, incluso tampoco encabezamientos o divisiones. Seguían la pauta de una línea de guía y la letra era cursiva para realizar la copia más rápido.
Los historiadores del arte clasifican los manuscritos por periodos históricos y tipos (sin limitar: Antiguo tardío, Celta, Carolingios, Otonianos, Románicos, Góticos y Renacentistas.
Enlaces
Making art: Medieval manuscripts