Óptimo climático medieval

En un periodo que alcanza seis siglos (desde el siglo VIII al XIV) el clima en Europa (sólo en la región norte y más proclive en el Atlántico). Se atribuye a los cambios en la circulación termohalina del Atlántico Norte. En ese periodo se produjeron cambios en las temperaturas, con lluvias suaves y abundantes, temperaturas suaves con un tiempo regular y estable. Por contra en otros enclaves alejados del océano atlántico los climas se volvieron más secos, por ejemplo en California o Alaska.

Esto permitió, especialmente en centro-europa y en las Islas Británicas, pero también en la parte oriental de norte-américa que tuvieran un clima suave, haciendo retirarse los hielos a latitudes más cercanas al polo, y permitiendo con ello una serie de consecuencias que cambiarán la historia desde la Alta a la Baja Edad Media.

En el gráfico se puede ver la evolución de la temperatura media mundial entre el año 0 y nuestros días derivado de un gráfico de Ed Hawkins.

Entre las posibles causas, los científicos creen encontrar una coincidencia parcial con un periodo de máxima actividad solar. En un ciclo regular de 11 años el Sol tiene una cresta y un valle. En ese ciclo suelen aparecer gran cantidad de manchas solares y las emisiones de radiación aumentan en un 0,1%, y por lo tanto ese aumento de energía puede afectar al clima mundial.

Consecuencias:

Hacia el siglo VIII, la civilización maya había alcanzado grandes cotas de desarrollo en quinientos años, y a pesar de que hubo muchas hipótesis como el exceso de población, la acumulación de riqueza que explicaron su dcadencia, últimamente, a partir de un artículo de Anthony McMichael (Climate change and the health of nations) se explica la misma por una pertinaz sequía.

Sólo se tienen datos del hemisferio norte por las crónicas de la época, pero por ejemplo una de las crónicas dice que el cultivo de la vid se expandió hacia el norte de Inglaterra y se fabricaron vinos. También se refiere a que el retroceso de los hielos en Groenlandia propició la llegada de los vikingos al Nuevo Mundo y la conquista de Islandia (tierra de hielo) y Groenlandia (tierra verde). En el este europeo aumentaron las precipitaciones y hubo grandes inundaciones.

En el África ecuatorial el clima fue más seco, pero se cree que se propició un descenso de 5º en la temperatura del aire. No hubo cambio significativos en los habitantes que resistieron el cambio climático.

En China, aunque de forma inconsistente por las crónicas de la época se cree que desde los siglos X al XIV hubo un calentamiento comparable al del siglo XX, aunque lo fue de forma heterogénea según las regiones. En el oriente ruso sufrieron graves inundaciones y una expansión de la vegetación de clima cálido. En la India se intensificaron los monzones con un clima más cálido y húmedo.

Tras numerosos estudios se llega a la conclusión de que en Europa el "Óptimo climático medieval", entre los años 950 y 1250 hubo un gran desarrollo demográfico, económico y cultural. Esto se hizo patente en lo que dijo alrededor del año 1000 el monje de Cluny Raoul Glaber: "Parecía que la propia tierra, como sacudiéndose y liberándose de la vejez, se revistiera toda entera de un manto blanco de iglesias. En aquel tiempo los fieles sustituyeron con edificios mejores casi todas las iglesias de las sedes episcopales, todos los monasterios dedicados a los diversos santos y también los más pequeños oratorios del campo".

El aumento tan significativo de habitantes, el gran impulso de la agricultura con nuevas formas de trabajo y nuevos tipos de herramientas, como el arado de vertedera, propicia la expansión de los cultivos. Se talan algunos bosques y se crean nuevas poblaciones alrededor del centro de culto: la iglesia. Se comenzaron a ver crecer las ciudades y el comecio comienza a promocionarse por los mares, incluso se producen las grandes razzias vikingas en el oeste europeo que cambian la fisonomía de las islas británicas.

Se comeinza a vislumbrar el final del óptimo medieval en el invierno de 1309-1310 que fue gélido y que intensificó los fríos. En 1315 las intensas lluvias, que comenzaron en la Pascua y se prolongaron por meses, ya dejaron sentenciado ese ciclo.