Canto gregoriano

El canto gregoriano es un canto llano y monódico, con la música supeditada al texto que fue utilizado por la iglesia católica.

Sus orígenes se pueden encontrar en la música judía de la sinagoga y en el canto de las primeras comunidades cristianas. Su denominación procede de que el papa Gregorio Magno lo recopiló, y se trata de una evolución del canto romano confrontado al galicano. Se asoció su nombre a esta música a partir del siglo IX, especialmente a partir de la biografía de Juan el Diácono.

Las partituras del canto gregoriano están escritas en tetragrama. Su ritmo está sometido al texto latino con un ritmo prosódico. Como es una expresión de religiosidad, es en modo de plegaria cantada. Se realiza sin instrumentos (a capela) y sólo tiene una línea melódica (monódico) y se interpreta en forma coral o el forma solista. Su texto está escrito en latín (excepto el Kyrie Eleison (que es griego).

Había ocho modos gregorianos: Protus, Deuterus, Tritus, Tetrardus y con dos posibles versiones auténtica o plagal. Hay que decir que el repertorio gregoriano es anónimo.

Los cantos del Oficio Divino (o Liturgia de las Horas) se cantaban en los conventos en los Maitines, Laudes, hora Prima, Tercia SExta y Noa, en Víspera y en Completas. Dependiendo de la hora eran mas cortos o largos.

El canto gregoriano tuvo especial impacto en la música occidental, ya que se extendió en el medievo y Renacimiento. Por eso el pentagrama moderno está relacionado directamente con las neumas gregorianas, y aunque las notas modernas reemplazaron a los neumas en los siglos XV y SVI, aún se conservan libros de música con neumas hasta la actualidad.

Gaudeamos omnes, introito de la Misa en honos a Enrique, patrón de Finlandia.

El introito es el canto de entrada de la Misa, le sigue el Gradual, que se produce después de las lecturas, las Secuencias, el Ofertorio que sólo es para acompañar la procesión de ofrendas y la Comunión. En aquella época el Padre Nuestro era cantado en latín.